martes, 1 de marzo de 2011

Cisne negro




Con la misma cantidad de bronce se puede fabricar un juego de llaves o unos grilletes, crear una obra de arte o un montón de chatarra, ser Rodin o Chillida. Un homenaje puede engrandecer a lo homenajeado o convertirlo en una caricatura. Cisne negro hace honor a la obra de Tchaikovsky y, de paso, le concede una dosis de prestigio extra al séptimo arte con su apabullante demostración de genio, capacidad y trabajo. A algunas películas les basta con un director visionario y unos figurantes obedientes. A las mejores se les añade la firme determinación de pasar a la historia y el compromiso y el esfuerzo de todos los implicados para conseguirlo.





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