sábado, 18 de octubre de 2008

Sangre de Mayo



Lo de meter a Galdós en Sangre de Mayo me pareció tan peligroso como meter a Hugo en Los Miserables, pero al final Gabriel Araceli se salvó por los pelos del naufragio en el que murió Jean Valjean. La tormenta amenaza en los diálogos (tan literariamente decimonónicos) y en los actores (que nunca logran escapar de la literatura) pero el barco consigue mantenerse a flote gracias, en parte, a Garci por la impresionante recreación de la carga de los mamelucos, y gracias, sobre todo, a Galdós por ser Benito Pérez.


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