sábado, 1 de octubre de 2011

La deuda




Tener un plan es básico para que la vida sea vida. Todo plan genera unas expectativas, fabrica unos ideales, justifica unos sacrificios. Los planes sucesivos materializan el espíritu y lo superponen a la materia que pasa. La deuda es la historia de dos fantasías llamadas "progreso" y "justicia", del secuestro del uno por la otra en el Berlín oriental y de sus consecuencias en un presente cada vez más doloroso. Aquí nada está resuelto aunque todo lo parezca desde el principio. Las simetrías entre las que se mueve la película son mera apariencia, un falso espejo que delata los efectos de la inconsistencia humana. Un juego de los siete errores. John Madden ha fabricado con esta película el relato sobre los vaivenes de la historia y de quienes la protagonizan y la narran. En La deuda la verdad se abre paso irreparablemente y lo hace como solamente puede hacerlo: a través del sufrimiento que supone renunciar a la opciones fáciles y a las soluciones de compromiso. Como dice la famosa frase: si quieres hacer reír a Dios cuéntale tus planes.




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